La tecnología NVIDIA Optimus ofrece una gran autonomía de batería y un magnífico rendimiento de forma muy efectiva. Utiliza de manera automática e instantánea la mejor herramienta para realizar cada tarea (la GPU NVIDIA de alto rendimiento para aplicaciones con cálculo de GPU, vídeo y juegos 3D; y gráficos integrados de bajo consumo para aplicaciones como Office y para navegar por la web o utilizar el correo electrónico).
El resultado es una gran duración de la batería sin pérdida de rendimiento gráfico, con lo que se consigue una experiencia plenamente automática que tiene lugar sin que el usuario intervenga.
Cuando la GPU puede ofrecer un aumento de rendimiento, funcionalidad o calidad con respecto a IGP para una aplicación, el controlador NVIDIA activa la GPU. Cuando el usuario inicia una aplicación, el controlador NVIDIA detecta si la aplicación que se está ejecutando puede mejorar su rendimiento mediante el uso de la GPU. Si la aplicación puede mejorar su rendimiento con la ejecución de la GPU, se activará la GPU desde su estado de inactividad y se le harán llegar todas las llamadas de representación.
Al utilizar la tecnología NVIDIA Optimus, cuando la GPU está gestionando todas las tareas de representación, la salida final de la imagen a la pantalla continúa gestionándose mediante el procesador gráfico integrado de Intel (IGP). En efecto, el IGP solo se utiliza como mera controladora de pantalla, lo que da como resultado una experiencia armonizada sin parpadeo y sin necesidad de reiniciar.
Cuando se ejecuten aplicaciones menos críticas o menos exigentes, la GPU se desactivará y el IGP Intel atenderá tanto la representación como las llamadas de pantalla para ahorrar energía y conseguir la mayor duración posible de la batería.